Dear Year, I just want to say... Goodbye
Me ha costado escribir esta
entrada, me ha costado muchísimo porque como ya lo habéis notado hacia mucho
que no pasaba por aquí. Aun así he creído necesario escribirla para despedir el
2014 de la manera que mejor se hacer, escribiendo.
Este año… no tengo palabras para
describir este año, aunque creo que una le puede hacer justicia: MONTAÑA RUSA. Así ha sido este año, una
montaña rusa de emociones, de retos, de momentos, situaciones… de todo.
He cambiado mucho, creo que podría
llamarlo “año de inflexión”. Sí, me
gusta, año de inflexión, de punto muerto, de cambios… No soy la misma que al
principio de año, para bien o para mal (diría que más mal que bien…), pero
supongo que de eso se trata la vida, de cambiar, por dentro y por fuera.
La Sarah que era a principios de
este año, no es la misma (ni por asomo) a la Sarah que soy ahora. A comienzos
de año era feliz, o al menos eso sentía. Sentía que lo tenía todo (menos dinero
obviamente… dinero nunca hay. *risas*). Era feliz, me sentía completa y se
notaba porque mi sonrisa me delataba y porque creía que formaba parte de algo
especial.
Y de esa Sarah que era entonces,
feliz a su manera, a la Sarah de ahora… hay mucha diferencia. Ahora no estoy en
mi mejor momento, ya no veo el “lado bueno de las cosas”, en cierta parte soy
mucho más realista y me ha dado por pensar que las cosas siempre pueden ir a
peor. Que la vida no se cansa de ‘hacerte fuerte’ a base de golpes y más golpes
(divertido ¿a qué si?). Definitivamente
el año comenzó mejor que como acabará.
Y solo he necesitado de un duro
golpe para poner todo mi pequeño mundo en duda. Es curioso cómo nos engañamos a
nosotros mismos, como nos auto
convencemos de que no podemos vivir sin una persona, mientras tenemos a
tantas otras a nuestro lado siempre y no le concedemos ese mérito.
Pero a lo que iba, a base de
golpes, aprendes. Probablemente el aprendizaje es lento (como es mi caso, que
aún estoy en ello…) pero sin duda, aprendes. Siempre nos han dicho que lo que no te mata te hace más fuerte, sí,
claro que sí, pero se olvidan de que también te hace más ruin con los
sentimientos, más fría/o, más seca/o, hace que las personas más inocentes o
ignorantes a su manera, cambien simplemente para protegerse del dolor y así
cuando llegue el próximo o la próxima, ya se ponen un límite. Un límite al amor.
He tocado fondo, lo reconozco. Jamás
imaginé que podría llegar a sentirme tan decepcionada de todo, tan asqueada del
mundo y tan perdida. Jamás lo hubiera imaginado. Más que nada porque mi vida
digamos que nunca ha sido un camino de rosas y unicornios, pero siempre he
sabido reconocer lo bonito en ella y he sabido estar agradecida por todo lo que
tenía y por todos a quienes tenía a mi lado en las buenas y en las malas,
aunque no lo mereciera. En pocas palabras, me buscaba mis propios unicornios y vivía en candylandia.
Y solo un acontecimiento me hizo
dudar de todo eso. Y me asusta. Porque se supone que debería de haberlo sabido,
todo el mundo lo sabe:
“El amor duele, y mientras más duele más verdadero ha sido”
Pero siempre están los
inteligentes (dígase, Yo) que nos gusta aprender de nuestros propios errores. Y,
eh... un ¡hurra! Al que se le ocurrió decir esa frase, pobrecito/a seguro que
lo pasó fatal.
AMOR que bonita palabra y cuantos secretos guarda. Pues sí, este
año aprendí mucho del “amor” (aún sigo ostiandome, digo, aprendiendo…><).
Es cierto lo que dicen, que lo mejor es quedarse con las cosas buenas, pero como siempre, se dejan una parte… y esa
parte es la que yo aprendí. Aprendí que te puedes llevar las cosas buenas, pero
las malas son las que te marcan, esas son las que te dejan huella y las que te
hacen cambiar y dosificarte para el/ la siguiente. BE CAREFUL!
Por otra parte también he
aprendido que no debes dejar que el amor (desamor) te consuma, créeme no sirve
de nada (comprobado por una servidora). Desahógate, exprésate, comparte tu
dolor, es la mejor manera, siempre tendrás a alguien a tu lado para escucharte
aunque tú no quieras verlo, siempre están. (Tu familia, tus amigos…).
Doy gracias a este año por los
golpes, por ayudarme a sentirme tan mal y tan poca cosa, porque eso significa
que lo único que me queda por hacer es mejorar, no puedo caer más bajo. O como diría
una canción que me encanta: I can go nowhere, but UP.
Nunca he sido de propósitos de
año nuevo, básicamente porque nunca los cumplo… pero este año haré una excepción:
YO seré mi propio propósito de año nuevo.
Me propongo ser la mejor versión que pueda existir de mí, perseguir mis sueños
y objetivos, no darme por vencida y ser agradecida. Estar ahí para los que están
ahí por mí que son los que merecen que este ahí por ellos. Pero sobretodo, me
propongo sonreír más, mucho más.
Así que Feliz año nuevo a todos,
que se cumplan todos vuestros deseos de año nuevo y que seáis felices y celebréis
el fin de año como se merece. Yo por mi parte le digo al 2014 que muchas
gracias por la experiencia y los momentos que me ha regalado, y al 2015 le digo
que no esperare que me sorprenda, porque ¡YO TE SORPRENDERÉ A TI!
FELIZ 2015. Xoxo
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