Como en las películas
Siempre me he permitido escribir de amor. Si, de ese jodido sentimiento que mueve y remueve todo el planeta. Me lo he permitido aun sabiendo que se una mierda del tema pero aquí estoy, hablando de amor.
Ay! El amor, si fuera como en la películas, otro gallo cantaría, por no decir que cantaría tu artista favorito porque elegirías tú la banda sonora de tu historia de amor. ¡Ja!
Ay! Si fuera como en las películas, no habría de qué preocuparse cuando algo malo sucediera porque tendrías la certeza de que acabaras con el o con ella a pesar de todas las adversidades.
Si fuera como en las películas, siempre encontrarías las palabras adecuadas para cada momento, para hacer las declaraciones de amor más profundas y jodidamente arrebatadoras, para llegar justo en el momento en que él está a punto de tirar la toalla, para convencerlo/a de que es vuestro destino estar juntos… ¡Ay el amor!
Sabrías que se acerca porque unos ojitos te persiguen, y se insinúan en el pasillo de la biblioteca o porque esa persona, justamente esa persona, aparece y recoge tus libros cuando se te caen delante de todo el mundo, porque es un personaje que no habías visto antes o simplemente porque ha cambiado el ritmo de la canción.
¡Ay! si fuera como en las películas, ¡Sería un alivio! Pero no, no es así. Aunque pensándolo bien, mejor así, ¿no? Mejor que no se espere, mejor que no sea perfecto, mejor que no sea premeditado. Que sea lo más caótico y disparatado que pueda ser porque así sabrás que es único e inigualable y que ningún escritor os ha inventado vuestro guión.
Ay! El amor, si fuera como en la películas, otro gallo cantaría, por no decir que cantaría tu artista favorito porque elegirías tú la banda sonora de tu historia de amor. ¡Ja!
Ay! Si fuera como en las películas, no habría de qué preocuparse cuando algo malo sucediera porque tendrías la certeza de que acabaras con el o con ella a pesar de todas las adversidades.
Si fuera como en las películas, siempre encontrarías las palabras adecuadas para cada momento, para hacer las declaraciones de amor más profundas y jodidamente arrebatadoras, para llegar justo en el momento en que él está a punto de tirar la toalla, para convencerlo/a de que es vuestro destino estar juntos… ¡Ay el amor!
Sabrías que se acerca porque unos ojitos te persiguen, y se insinúan en el pasillo de la biblioteca o porque esa persona, justamente esa persona, aparece y recoge tus libros cuando se te caen delante de todo el mundo, porque es un personaje que no habías visto antes o simplemente porque ha cambiado el ritmo de la canción.
¡Ay! si fuera como en las películas, ¡Sería un alivio! Pero no, no es así. Aunque pensándolo bien, mejor así, ¿no? Mejor que no se espere, mejor que no sea perfecto, mejor que no sea premeditado. Que sea lo más caótico y disparatado que pueda ser porque así sabrás que es único e inigualable y que ningún escritor os ha inventado vuestro guión.
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